domingo, 15 de febrero de 2015

VISITAS GUIADAS CON HISTORIA




EL PALACIO DE LOS CONDES DE SANTIAGO DE CALIMAYA

Por P.Parra Fdez.

El actual Museo de la Ciudad de México, albergó entre el siglo XIX y la primera mitad del XX diversas tiendas, incluso peleterias y curtidoras donde el olor emanado de las pieles de los animales no era nada agradable. Alguna vez  las charlas de la abuela y mamá estuvieron vinculadas con esas tiendas, por los años 40’s y principios de los 50’s.  El palacio parecía vecindad y se necesitaba de mucha imaginación para poder recrear la vida y el esplendor que pudo tener en el siglo XVIII.

Se sabe que desde el siglo XVI ya había una casa, de Juan Gutiérrez Altamirano, quien tuvo un Mayorazgo cuyas propiedades fueron diversas, incluyendo la población de Calimaya, en el actual Edo Mex. Con el paso del tiempo el Mayorazgo se volvió un Condado. El título de Conde de Santiago de Calimaya fue dado a Fernando de Altamirano y Velasco en 1616 por el rey de España Felipe III. A partir de aquél, 14 descendientes más tuvieron ese título nobiliario.

No hay documentos que digan como era la casa o el primer palacio, pero el actual que podemos ver y disfrutar se empezó a construir en 1776. El encargado de dicho proyecto fue el afamado maestro arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres (quien diseñó la bellísima iglesia de “El Pocito” en la Villa de Gpe.).  Costó $130 mil pesos (oro) y se terminó en 1779. Reutilizó la cabeza de serpiente que había sido parte del área sagrada del Templo Mayor mexica y que podemos ver en la esquina del palacio, a manera de base.  La belleza del diseño es obvia, además de que posee detalles que hacen de este palacio una obra de arte del siglo XVIII, como los botaguas o gárgolas en forma de cañón (casi únicos en su tipo), que podemos ver desde la calle, así como la estupenda fuente con una sirena de doble cola, enmarcada de una concha y la magnífica puerta cuya instalación fue todo un suceso, según crónicas de la época.

Afortunadamente en 1964 el gobierno capitalino adquirió el inmueble para convertirlo en museo. El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez fue el encargado, junto con un equipo de especialistas, en adecuar el palacio para ser el Museo de la Ciudad de México. Ojalá volvamos a ver algunas de sus salas dedicadas a la historia y evolución de nuestra ciudad, como alguna vez estuvieron.

Les compartimos una antigua fotografía del palacio cuando tenía locales en sus bajos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario