domingo, 26 de octubre de 2014

VISITAS GUIADAS CON HISTORIA


LA LEYENDA DE LA CALLE DEL PUENTE DEL CLÉRIGO

Por P. Parra Fdez.

Ya que nos vamos acercando a las celebraciones del 1 y 2 de Noviembre, es innegable que a los mexicanos nos gustan las historias de aparecidos, muertos y hechos sobrenatural
es. Nuestra ciudad y especialmente, nuestro amado Centro Histórico posee muchas de esas narraciones, para muestra les compartiremos la siguiente:

Lo que pasó de generación en generación de manera oral se supone que sucedió entre la 7a y 8ª calle de Allende (hacia el norte de Tacuba), cuando todavía no había calle, casi nadie vivía por la zona y cuando en realidad había una acequia o canal, he ahí el nombre de la leyenda, pues lo sucedido se efectuó en un puente.
Hay dos versiones de lo sucedido, pero en esta ocasión sólo hablaremos de una, la más tenebrosa. En la acequia llamada Tezontlali que corría hacia el oriente y desaguaba en el lago, no había calle de tierra, sólo un puente y era parte de la antigua parcialidad de Santiago Tlatelolco que estuvo hasta el siglo XIX.
Corría el año de 1649 y no tan cerca de ahí, en la calle de Medinas (por la Plaza de Santo Domingo) vivía un joven llamado don Duarte de Sarraza, portugués que había vivido en España y era rico y noble. El virrey de esa época, don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra tenía una buena relación de amistad con el ya mencionado joven, lo que le valió para que fuera aceptado entre las clases adineradas de la época. En alguna de las reuniones a la que asistía conoció a una bella joven, doña Margarita Jáuregui, hija de un rico hacendado. El padre de la linda mujer había fallecido por lo que estaba bajo la tutela de su tío, un sacerdote, don Juan de Nava, hombre de gran prestigio y reputación. Él sabía que el joven Sarraza no era muy honorable en cuanto asunto de mujeres, pues era mujeriego y le gustaban ciertos vicios como las apuestas, por tal motivo le prohibió a su sobrina que tuviera contacto con el portugués, quien la estaba cortejando. El Conde de Salvatierra terminó su gobierno y con el nuevo virrey habló el sacerdote para que alejara a Duarte de Maragarita, pero ya estaban los dos jóvenes muy entusiasmados en sus amores.

Una noche, Sarraza decidió asesinar al sacerdote que tanto se oponía en sus deseos amorosos. El 3 de abril de 1649, mientras hablaban desde el balcón de la casa de ella, el joven vio a lo lejos, que el sacerdote venía e inmediatamente, se despidió de Margarita. El joven Duarte lo esperó escondido en el puente que atravesaba la acequia cercana y sin miramientos desenvainó su daga y alevosamente se la clavó en la cabeza al clérigo, todavía con la adrenalina tomó el cuerpo, lo lanzó a la acequia y salió huyendo.
Por algún tiempo Duarte dejó de ver a Margarita, para disminuir las sospechas de la muerte del tío, después de 6 meses regresó a sus galanteos y pensó en raptarla si se negaba a irse con él. El día que decidió hablar con ella y si fuese preciso llevar a cabo tan degradante acción, llegó. En la noche se encaminó a la casa de ella. Al día siguiente, en la mañana, los vecinos contemplaron horrorizados que sobre el puente de la acequia Sarraza estaba estrangulado, pero su asesino no era un hombre cualquiera, sino el esqueleto de un sacerdote que portaba en su cabeza una daga o puñal enterrado. Fue tan profunda la impresión de este suceso que este puente y posterior calle, se siguió llamando del Puente del Clérigo.

Esta historia y muchas otras las leímos en un libro que nos heredó la abuela, "Historia y leyendas de las calles de México", tomo 1, 7ª edición, publicado entre 1946 y 1951 por la editorial El Libro Español. De otras leyendas hablaremos en el recorrido que daremos en Visitas Guiadas con Historia, el sábado 1 de Nov, 2014.

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